El sindicato considera fundamental crear mecanismos que obliguen al Gobierno y a las diferentes Administraciones educativas a cumplir con el programa de Desarrollo Sostenible y a impulsar las medidas necesarias para afrontar el reto climático y garantizar su consecución para 2030.
Hoy, 12 de diciembre, finaliza la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, la COP28, que se ha celebrado en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) desde el 30 de noviembre. Su objetivo era contribuir a alcanzar acuerdos y compromisos entre las naciones para combatir los efectos del cambio climático (Objetivo de Desarrollo Sostenible 13), cuyas manifestaciones se hacen cada vez más evidentes y requieren una global y urgente respuesta antes de que sea demasiado tarde.
El Sector de Enseñanza de UGT Servicios públicos ha elaborado un boletín informativo en el que reivindica una educación de calidad, una buena educación, accesible para todos y todas y para ello es fundamental renovar la inversión y la innovación en educación. En este sentido, la educación y nuestras escuelas, lideradas por el profesorado, deben seguir el ritmo de las necesidades cambiantes de nuestra sociedad y de nuestro planeta para poder atender a la emergencia climática que ya existe. Pero una educación de calidad es mucho más que el desarrollo de uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): es el catalizador para alcanzar los 17 ODS, pues todos generan el sistema que garantiza un futuro mejor, más ecosostenible para todos y todas.
Nuestro sindicato considera que el profesorado y la escuela en nuestro país deben ocupar un lugar central en la acción por el clima en base a tres ejes fundamentales. El primero es hacer de las escuelas un agente transformador de la conciencia social y medioambiental para la construcción de un futuro más verde. Los centros escolares son un lugar idóneo donde concienciar a nuestros jóvenes sobre la importancia del medioambiente, no solo a través de los contenidos que aparecen en el currículo educativo, sino mediante la aplicación práctica de medidas de gestión de los recursos escolares y el fomento de hábitos compatibles con el equilibrio medioambiental.
Un segundo eje ha de basarse en la presencia de la educación sostenible en la LOMLOE. La nueva ley educativa, la LOMLOE, propone una sistematización y una integración plena y transversal en cada una de las materias, por medio de las competencias clave que ha de adquirir el alumnado a lo largo de su escolarización, aumentando su participación activa en temas de sostenibilidad, y haciendo hincapié en el proceso de toma de decisiones, en la autoevaluación y en la revisión de las acciones y tareas, para priorizar y tener en cuenta tanto su voz como las de los centros.
Por último, el profesorado ha de ser el motor de cambio para un futuro más ecosostenible. El desarrollo de la labor docente no solo requiere la impartición de los contenidos curriculares, sino también atender a todas las necesidades educativas de su alumnado, así como a las necesidades cambiantes de nuestra sociedad y de nuestro planeta.
Desde el Sector de Enseñanza de UGT Servicios Públicos, demandamos al Gobierno y a las diferentes Administraciones educativas un mayor compromiso para llevar a cabo estos tres ejes y exigimos dotar de más tiempo al profesorado como el mejor recurso para hacer de la profesión docente el motor de cambio que nuestra sociedad necesita.
Reclamamos incorporar la formación docente dentro del horario lectivo, para aplicar los cambios y propuestas metodológicas que incorpora la nueva ley, así como diseñar, crear y rehabilitar espacios educativos para desarrollar proyectos multidisciplinares y propuestas educativas encaminadas a la consecución de las competencias y saberes medioambientales y ecosostenibles. Además, hay que dotar de mayores recursos a los centros para potenciar la sostenibilidad en cuanto a la climatización, la contaminación, la salud y otras medidas que favorezcan el medioambiente.
Junto a ello, es imprescindible bajar las ratios para atender las necesidades individuales y cambiantes del alumnado y hacer la profesión docente más sostenible, con tiempos para la reflexión y la creación de nuevas maneras de educar para un futuro mejor. Por último, es fundamental disminuir el horario lectivo para permitir renovar la innovación en los centros educativos e implementar la participación y la colaboración docentes.
Desde UGT, valoramos el papel que tienen la escuela y el profesorado en la creación de un futuro más ecosostenible, pero esto no puede suponer una carga más para la profesión docente. Por tanto, urge dotar a los centros y al profesorado de los recursos y herramientas necesarios para afrontar el reto climático y su consecución en el 2030.