Durante el mes de febrero no se ha cerrado en Zaragoza ningún Centro Cívico. El cierre se ha evitado a costa de traslados de oficiales de mantenimiento de un centro a otro. Un parche que no soluciona el problema estructural de la plantilla en los Centros Cívicos y que tiene consecuencias.
La falta de personal y la reducción de personal provocada por los movimientos necesarios para evitar el cierre de los Centros Cívicos deficitarios, hace que el servicio público se resienta y empeore. Los oficiales de mantenimiento realizan cada día múltiples tareas imprescindibles para el funcionamiento de los propios centros y del resto de servicios que se incluyen en ellos.
Si no hay personal suficiente, el trabajo que antes realizaban tres personas ahora lo hace una, afectando a la calidad del servicio, y a la salud de trabajadoras y trabajadores.
Este déficit de personal también implica una disminución en la seguridad de los Centros Cívicos. Los planes de evacuación están diseñados para funcionar con una plantilla concreta en la que cada trabajador tiene su función. Al no estar el personal asignado cubierto, estas funciones no se pueden completar poniendo en riesgo la seguridad tanto de los trabajadores como de las personas usuarias en caso de una evacuación.
En un momento puntual un parche puede solucionar un problema concreto, pero cuando el problema es estructural, como es el caso de la falta de personal en los Centros Cívicos, estos arreglos son la antesala de problemas muchos mayores. Es sentido común.
Si movemos personal de un centro que ya tiene justa su plantilla a otro cuya situación es peor para evitar su cierre, lo que logramos es que dos centros empeoren su situación y no solucionamos el problema de fondo. Hacen falta soluciones estructurales, no parches. Y desde luego no se debe considerar la posibilidad de privatizar la gestión de estos espacios. Lo público debe seguir siendo público.
Va siendo hora de que el Ayuntamiento se tome en serio esta cuestión. Los Centros Cívicos son servicios que deben ser gestionados por personal del Ayuntamiento y es su obligación mantener la plantilla necesaria. No pueden seguir cargando de tareas y horas a los/las oficiales de mantenimiento y no pueden desatender las necesidades de la ciudadanía.
